22 oct 2010

¿Pagar por trabajar? Coloquio con los afectados de Lionbridge" (Madrid, 30.9.2010)

Un pequeño resumen de lo que pueden encontrar en la página de ASETRAD (Asociación Española de Traductores, Correctores e Intérpretes).
Un interesante debate sobre la intervención, por decirlo de alguna manera, de Lionbridge, en el trabajo de los traductores, o mejor dicho, la imposición de pagar para trabajar!

Algunos puntos de destaque:

En los últimos años, los compañeros de Lionbridge han estado sometidos a presión para aceptar reducciones en las tarifas, descuentos por volumen, retrasos en los pagos, introducción de nuevas herramientas y procedimientos de control de calidad que suponen trabajo extra no remunerado. Algunos se han resistido en mayor o menor medida y otros han aceptado estas circunstancias, que en general han ido erosionado la moral y la labor profesional de muchos de ellos, así como sus ingresos.

Lionbridge es una empresa con una gran capacidad de proporcionar trabajo, y muchas personas se resisten a dejar de trabajar con ella, porque la conocen bien desde hace muchos años y dependen de ella casi en exclusiva, pero en general no consideran razonable tener que estar aguantando constantemente esta presión creciente y estas arbitrariedades. La desafortunada introducción de TW como una imposición, a través de una intensa y poco acertada campaña de marketing, ha sido la gota que ha colmado el vaso de muchas paciencias.

Los contactos entre traductores que trabajaban para Lionbridge se iniciaron de forma espontánea y simultánea en varios países, y pronto surgieron grupos de discusión sobre el tema. En un gesto sin precedentes, más de 400 traductores de Lionbridge se han puesto de acuerdo en que NO querían que esta nueva herramienta supusiese un coste adicional, y en que NO querían pagar por trabajar. Se han producido anécdotas como el encuentro casual de una página web de Lionbridge en la que aparecían listas de traductores cabreados (“pissedoff” [sic]).

La empresa ha permanecido ajena y distante a estas protestas y da respuestas francamente autoritarias y poco receptivas y abiertas a la negociación, aunque la reacción de los traductores parece haberle producido cierta sorpresa. Cuando un nutrido grupo de traductores de distintos países que llevaban muchos años trabajando con la empresa se negó a suscribirse a la herramienta, la respuesta no fue ni coherente ni unificada, sino que hubo respuestas contradictorias documentadas.

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